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Hola primero que nada... gracias por pasar por nuestro blog, y tomarte un poco de tu tiempo para leer nuestras alocadas historias jeje te juramos que no te arrepentiras y menos se amas tanto a crepusculo como nosotras.

jueves, 1 de abril de 2010

Solsticio (1)

Solsticio

Capitulo #1

Primer encuentro

Sol… me pregunto cuándo te veré de nuevo.

Sol… ¿me extrañaras? Yo si…dalo por hecho.

Sol… ¿algún día te veré o te sentiré de nuevo? De eso no estoy seguro… lo más seguro es que no por un buen tiempo.

No serian mas de las 9:34 A.M cuando me desperté estaba tan cansado que solo escuche a mamá discutiendo con Phil…de nuevo, siempre era por lo mismo, el quería pasar más tiempo con mi madre, Phil es jugador de beisbol, claro que de ligas menores pues en realidad Phil no jugaba nadad bien…a mi parecer el apesta en el beisbol.

Hacía poco más de medio año que mi madre se casó con Phil, en si creo que se conocieron solo una semana y a la otra ya estaban comprometidos, a mi me pareció algo apresurado pero no quería interponerme en la felicidad de mamá ella se había sacrificado mucho por mí, me había dado todo lo que quería y entonces porque no dejarla ser feliz ahora a ella.

Tome la decisión irme a vivir con mi padre hacia dos semanas atrás, cuando las discusiones empezaron, mi mamá estaba como loca convenciéndome de no hacerlo. Sus intentos y sus lloriqueos fueron en vano. Había decidido y punto.

Había llegado aquel día, el día en que me enclaustraría a un purgatorio rodeado de pinos y que además de todo donde…siempre, siempre llovía. Aquel purgatorio tenía nombre…Forks-Washington.

-No lo hagas, amor, Edward, Eddie, cariñito ¿qué puedo decir para que te quedes y no vayas?-lloriqueaba Reneé, mi madre. Una hermosa mujer de aproximadamente 36 años. Mi madre era igual a mí físicamente, o bueno yo era igual a ella físicamente. Ambos teníamos la piel mas pálida de todo Phoenix, ambos éramos altos aunque claro este verano yo había dado el "estirón" como lo llamaba mi abuela Elizabeth, y ambos teníamos exactamente el mismo color de cabello… un extraño color que se asemejaba al cobre o al bronce. Claro mis ojos… su extraño color lo había heredado de mi amorosa abuela…eran tan verdes que mis amigos siempre bromeaban sobre el color de mis ojos.

-Mamá…me estas avergonzando en frente de la Abuela y de mis amigos-dije algo avergonzado por la forma en la que mamá me abrazaba, creí seriamente por un segundo que me rompería todos los huesos, pero eso sería exagerar. No era tan debilucho como aparentaba.

-Edward, quiero que sea precavido y por favor nada de estar juntándote con esos pillos que lo único que saben es meterse en problemas…-Reneé seguía una y otra vez dándome sus recomendaciones, ¿es que acaso no se cansaba?

-Mamá…lo estás haciendo de nuevo-dije con la cabeza gacha y con las mejillas teñidas de un rojo intenso.

-¿Haciendo qué?-me respondió mi madre.

-Avergonzarme, no te olvides que Steve y Nicholas aun sigue aquí…-murmure en el oído de mi madre.

-Lo siento-dijo ella con una risilla muy baja.

-Bueno así que es cierto…te vas, nos dejas-me dijo Nicholas uno de mis mejores amigos en el mundo entero. Nicholas una de las personas más compresivas y pasivas en este mundo. Tenía mi edad, 17 años recién cumplidos, los cabellos rubios ceniza y sus ojos eran pardos.

-Sí, viejo… no lo puedo creer, nos dejas-le siguió Steve otro de mis amigos de máxima confianza. Steve era un completo caso…todo era broma con él. El tenía 17 años también y a diferencia de Nicholas, el tenia los cabellos negros como el ébano y los ojos azules.

-Bueno…esto…ustedes ya saben ¿no? Es lo que siempre he querido…pasar tiempo con Charlie- dije sonriendo, pero estoy seguro que ellos notaron que mentía y vaya que yo mentía muy bien, solo que esta vez no me salió como esperaba…lo que pasa que me tenía muy mal todo lo de la ida…yo amaba Phoenix, amaba mi instituto, estimaba a mis amigos pero si mi felicidad se interponía a la felicidad de mi madre entonces era mejor que yo fuera el que se sacrificara.

-Chicos, vais a llorar?-dije mientras los observaba fijamente, rayos yo también quería llorar, pero no me podía dar ese lujo, no mientras mi madre estuviera aquí.

-Llorar- dijo Steve-¡Nosotros somos hombres… no lloramos!- volvió a repetir con un tono de voz ofendido. Diablos…si quiero llorar, nada será igual sin él.

-Si…claro-respondí con mi sarcasmo habitual. -Pensé que nada será igual sin mí.

-Ya ni que fueras el centro de nuestro universo-dijo Steve aturdido. Como mierda supo lo que estaba pensando. Mire totalmente confundido a Steve… ¿Cómo que pensando? Si él lo había dicho en voz alta o ¿no?

-Edward, en serio ya sabes que te vamos a extrañar no alardees por ello - me dijo Nicholas, al momento que una lagrima se desbordo de su ojo izquierdo y rozo lentamente su rosada mejilla.-Mierda…te extrañare viejo demasiado…nos harás falta…la secundaria no será igual sin ti, el gran pianista Edward Anthony Masen nos deja-dijo mientras que con coraje se limpiaba la lagrima de su mejilla izquierda.

-Viejo ¡eres un marica! Estas llorando y además parece que estas…estas enamorado de Edward-grito Steve rompiendo en carcajadas, mientras Nicholas le decía que si no callaba le rompería la cara. De verdad extrañaría a mis amigos, no se podía decir que extrañaría a alguien especial en otro sentido…pues no lo tenía…bueno no aun.

-Buenos chicos ya dejen a mi muchacho respirar, dejen que su abuela le dé un abrazo- decía mi abuela mientras se acercaba a mí y me propinaba un fuerte abrazo no tan efusivo como el de mi madre, este a diferencia era de comprensión, mi abuela había aceptado la decisión de irme a vivir con mi padre…aunque mi padre no le agradaba en lo absoluto.

-Vamos muchacho, que se nos va el avión-me dijo Phil, fingiendo tristeza, pero yo estaba seguro que él pensaba que mi marcha era lo mejor que le había pasado desde que se había casado con mi madre; mi marcha arreglaría todo.

-Claro…-fue mi única respuesta para él. No me agradaba tanto Phil como para ser amable con él.

-Adiós chicos los voy a extrañar pero saben que estaré en contacto con ustedes a menos que se olviden de mi ¿no lo harán no?-ellos solo me dedicaron una afirmación y bajaron sus cabezas, estaba seguro que estaban llorando pero solo creo que eso fue una suposición mía.

-Abuela, cuidaras de mamá ¿no? Lo harás por mi ¿No?-dije y deposite un beso en la frente de mi dulce Abuela, Elizabeth.-Claro mi pequeño, eso dalo por hecho- me dijo ella entre sollozos.

-Mamá te voy a extrañar horrores-dije la abrasé y entonces mi yo egoísta me pidió a gritos que me quedase, que no valía la pena ir a aquel maldito pueblucho. Sacudí la cabeza intentando borrar aquellas mezquinas ideas y me fui directo hacia el coche.

-¡Adiós Edward cuídate mucho hijo!-dijo sollozando atreves del grueso vidrio de la camioneta de Phil.

-¡Te amo no lo olvides! grito ella mientras el auto se marchaba rumbo al aeropuerto de Phoenix.

-Nunca se me olvidara madre- pensé…era lo único en que podía pensar…mi madre me amaba y yo hacia lo correcto. Lo correcto.

Phil me subió hasta el avión y me dedico un adiós desde abajo, yo lo pude ver desde las ventanillas del avión.

Me quedaban cuatro horas de vuelo desde Phoenix hasta Seattle, luego otra hora de avioneta, según, mis cálculos desde Seattle hasta Port Ángeles…luego una hora más en coche hasta el maldito pueblo ese…Forks.

Al llegar a Seattle tome la avioneta que me llevaría hasta Port Ángeles, el trayecto fue horroroso, la lluvia azotaba con fuerza…bueno eso era de esperarse pensé.

Al llegar a Port Ángeles, Charlie Masen, mi padre, me estaba esperando.

-Hola, hijo…esto…vaya que has crecido -me dijo mirando un instante y luego mirando hacia abajo, típico en el pensé. Charlie…mi padre un hombre de aproximadamente 40 años si mis cálculos no me fallaban. Yo no me parecía en lo absoluto a Charlie, aunque ahora que lo veía después de tanto tiempo…teníamos las mismas orejas.

-Sí, estoy más alto que tu ¿no? ...bueno eso parece-dije y le dedique una sonrisa, bastante falsa a mi parecer.

-Si…eso veo mides como metro ochenta y cinco ¿No?-me dijo riendo, vaya pensé… ¿en serio estábamos platicando de mi altura en la fría pista de aterrizaje de avionetas de Port Ángeles?...eso era raro pero bueno por lo menos Charlie platicaba, eso si que era un milagro por lo general el no era un hombre de muchas palabras.

-Vamos, te debes estar congelando-

-En realidad si…y tengo mucha hambre- le dije

-Comerás algo en el camino a Forks, vamos Eddie.-no lo podía creer… ¿el aun me seguía llamando Eddy?...

El camino hacia Forks fue tranquilo el coche patrullero de Charlie era cómodo en cierto estilo…si, Charlie era el jefe de la policía de Forks, para mí el era Charlie Masen, mi padre. Para los demás él era el Jefe Masen. Claro yo no me atrevería a llamarle Charlie en su cara…así que le llamaba Papá.

-Vaya, todo está igual-dije mirando los arboles por la ventana del auto…lo dije mas por buscar conversación que por otra cosa.

-Sí, y eso que no vienes desde hace más de cinco años, la última vez que viniste aquí tenias…cuanto era…diez o once años-dijo él, por el tono de su voz parecía que me lo estaba reprochando.

-Si pero tu sabes que no me gusta mucho que digamos la humedad de Forks, además tenía clases y luego…

-Ya, Edward…no te estoy reprochando nada.-dijo-Lo bueno es que ya estás aquí y que espero que te andes acostumbrando a la lluvia.

Llegamos a la casa de Charlie, era pequeña pero no es que estuviera fea, es que había muchos recuerdos que quería olvidar.

-Te matricule en el instituto de Forks.-dijo mientras subíamos mis maletas hacia el cuarto que me había pertenecido desde…siempre. La casa la habían comprado Charlie y mi madre cuando empezaron su vida juntos, ósea…cuando se casaron. Lo malo de eso es que su matrimonio duro mucho…es mas no duro más que dos cortos meses. Ellos se casaron cuando yo nací…mi mamá jamás se acostumbro a la vida de ama de casa encerrada en aquel pueblo que no tenía nada de interesante, eso según los relatos de ella.

-Mi cama sigue intacta…me encanta que siga con el cobertor de Batman -dije empleando mi sarcasmo

-Vaya…esto…no precaví que hubieras crecido tanto Ed…pensé que medias menos…compraremos otra está bien. Y por lo de las frazadas…te compre unas nuevas estan abajo ya te las traigo -Decía Charlie en tono preocupado.

-Descuida Char…Papá, ya veré como me las arreglo.-

-Tu mamá me dijo que te encanta tocar el piano…así que te compre uno.-cuando lo dijo vi que Charlie se había sonrojado y estaba seguro de que ahora pensaba que su piano era poca cosa.

-¿Qué?...un piano… ¡Wow!...Genial…no tengo palabras Papá-dije trabándome con las palabras. ¿En serio me había comprado un piano?

-¿Te lo enseño?-dijo el dubitativo.

-Creí que nunca lo dirías-le respondí.

Fuimos hacia el ático de la casa… y lo vi. Estaba todo cubierto de polvo, pero aun así su color negro era lindo, sus teclas amarillentas me decían a gritos ¡tócame!... además tenía un lindo banquillo…algo viejo y con una pata coja pero nada que no se pudiera solucionar.

-Me encanta-resople y creí que él estaría allí pero no… Charlie se había marchado. Me había concedido privacidad. Al fin.

No recuerdo cuanto tiempo estuve contemplando aquel viejo y desafinado piano…pero solo sabía algo…me había enamorado de aquel piano. Luego de un rato me marche a mi habitación tenía que desempacar muchas cosas…en realidad no tenía ganas de hacerlo pero de todos modos lo hice. Pensé en el día de mañana…no tenía un auto…comprare uno, pensé; no tenía mucho dinero pero le iba a pedir un préstamo a Charlie…pero él había gastado con lo del piano…que podía hacer…buscar un trabajo tal vez… tenía que hacer algo en este aburrido pueblo o si no me acabaría volviendo loco.

De pronto el ruido de una camioneta acercándose y deteniéndose en el porche de la casa…bueno en mí… casa… ahora.

Mire por la ventana y escuche algunos barrullos.

-Hey, Billy no te esperaba hasta más tarde-le decía mi padre algo enojado al anciano paralitico que ahora era ayudado por su hijo a bajar de la camioneta- Además como piensan irse, no creo que Jacob pueda llevarte hasta La Push.

-Sí, pero que te puedo decir…este bebe ya se quería ir con su nuevo dueño, además no te preocupes Leah nos vendrá a recoger luego-le dijo el anciano a mi padre.

Estaba escuchando bien??…ese trasto seria mío, ¡acaso mi padre había enloquecido! ¡Esa chatarra tendía por lo poco 56 años!...eso era un Chevrolet de colección, pero no una colección lujosa para nada, eso era de colección de pero para Chatarras inservibles.

Baje las escaleras con mucho enojo y me dirigí al porche para decirle a Charlie unas cuantas…pero en cuanto me acerque solo pude sentir otro flechazo… ¿ese trasto me había enamorado?

-Wow…un Chevi C-10 de colección.-afirme y salude al anciano de las sillas de rueda.

-Vaya, vaya Eddy, muchacho has crecido tanto…tu padre estaba loco por tu llegada, nos decía que su muchachote al fin vendría a pasar unas temporadas por aquí-me dijo el anciano que respondía al nombre de Billy…Billy Black para ser más exacto.

-Calla viejo o si no te tiro de tu silla- le dijo papá con una mirada de furia a su amigo, creo que Charlie y el eran como mejores amigos.

Luego de eso mi padre los invito a cenar… pidió pizza, una bastante mala. Ellos hablaban de futbol, tema que me gustaba pero no entendía que equipos estarían de moda por aquí, así que quise entablar charla con el hijo de Billy, creo que se llamaba Jacob.

-¿Y te gusta el futbol?-le dije amigablemente.

-Sí.- Me dijo secamente y con su respuesta corto toda charla que pudiera haber entre nosotros, no me cayó bien aquel chico…Jacob Black… era alto y súper musculoso, eso me dejaba a mí como un flacucho debilucho, su piel era morena y su cabello largo le llegaba a los hombros…el tenia la mirada severa, como si estuviera enojado. Raro.

Termine la cena y me despedí del amable anciano y de su frívolo y odioso hijo, le di las buenas noches a mi padre y me retire a mi habitación, en cuanto hube llegado a la cama me tendí sobre ella, ni siquiera recuerdo cuando me quite la ropa y me quede dormido. Esa noche soñé con mi madre, mis amigos y con todo lo que había dejado atrás…en Phoenix. Rayos como odiaba Forks, estaba seguro de que mi madre me necesitaría de mi protección, pero luego me acorde de Phil… él la cuidaría. Esa noche tuve pesadillas muy horribles…no fue una de mis mejores noches por así decirlo.

Desperté y eran las 6:35 A.M…temprano hasta para mí. Fui hacia el cuarto de baño muy en silencio, como para no despertar a Charlie, gracias a Dios el estaba aun dormido.

Me metí en la ducha y el agua caliente rápidamente mojo mi blanca piel, y mis raros cabellos. A pesar de vivir en Arizona mi piel era de un blanco increíble…a veces pensaba que yo era una especie de albino; mis cabellos contrastaban horriblemente con mi extraño color de ojos, según mi madre yo tenía los cabellos de mi Abuelo. No parcia en lo absoluto a Charlie que tenía el pelo oscuro y rizado y unos ojos de color café o chocolate oscuro, y ahora que me miraba más detenidamente tampoco me parecía tanto a mi madre como creí, ¿¡Qué rayos le había pasado a mi rostro!? No podía ser posible que en Arizona me pareciera mi madre y aquí ya no. Estos solos serian pocos de los extraños sucesos que ocurrirían en aquel horrendo pueblo…de eso estaba seguro.

Yo no era feo…eso sí que lo sabia… era más o menos bien parecido y era muy sociable con casi todo el mundo, según mi abuela yo tenía el don de la persuasión, ella decía que con mi voz yo conseguía lo que quisiera, eso yo no sabía si era cierto…en realidad no lo había intentado. Bueno…lo había intentado, pero solo eran para buenas obras.

Lo que si sabía que tenía de especial era algo…a veces podía adivinar lo que la gente pensaba, eso era raro…mis amigos decían que eso era súper cool, pues así les podría decir si esta u otra chica estaba o no interesado en ellos. Raro.

Mire el reloj de pared del baño eran las 6:50, se me estaba haciendo tarde. ¿el baño también tenía relojes de pared?

Una vez termine el dilema del baño me fui a mi dormitorio y escogí lo primero que vi en mi maleta y me lo puse.

Un suéter de color verde musgo y unos pantalones negros de mezclilla desgastados…seguro así estaría presentable, luego encima del suéter me puse una cazadora de color negro y al final mis viejos y desgastados zapatos deportivos; me mire al espejo y trate de peinar mis alborotados cabellos…vaya eso parecía que no tendría solución así que los deje como estaba…alborotados.

Vaya mire el reloj del escritorio que estaba en mi habitación y marcaba las 7:00 A.M…un nuevo record en vestirme pensé. Generalmente tardaba 15 minutos.

Baje las escaleras y me dirigí a prepararme el desayuno, para mi sorpresa Charlie ya estaba despierto y muy bien uniformado me dio vergüenza que me viera comer a pesar de que moría de hambre. Yo no era la persona más sociable del universo…y el bueno mucho menos.

-¿Ya te vas?- me dijo ¿No es muy temprano?

-Sí-le respondí-Como me dijiste que las clases comenzaban a las 7:30 A.M y no quiero llegar tarde a mi primer día así que ya me voy…creo que comprare algo para comer en el instituto Papá.

-Bien, ¿y tienes dinero?

-Sí…esto…ya me voy se me hace tarde así que me llevar esta manzana para el camino ¿está bien no?

-Edward Anthony Masen Dwyer, esta es tu casa puedes hacer lo que tú quieras…claro excepto traer bebidas alcohólicas ya que eres menor de edad... ¿De acuerdo?-dijo Charlie en tono serio, pero luego estalló en carcajadas. Raro. Charlie casi nunca reía.

-Sí. Ya me voy –le respondí-Adiós Papá que tengas un muy buen día-dije

-Vale, te cuidas y no tardes mucho, creo que tu madre llamara. -Asentí y me retire de la cocina no sin antes coger una de las manzanas que había en la mesa, luego salí afuera y sentí un frio enorme me dirigí corriendo hacia mi nuevo auto, eso lo decía literalmente, me subí en mi Chevi y encendí el motor que para mi suerte no hacía nada de ruido luego conduje hacia el lugar que cambiaria mi vida.

El instituto de Forks no era nada comparado con mi instituto en Phoenix, el de Phoenix era diez veces más grandes y tenía una gran reja eléctrica a su alrededor sin mencionar el detector de metales en cada una de sus puertas.

Llegue con algo que vergüenza…todos me estaban mirando. No le quise dar importancia a eso pero de que molestaba…molestaba. Me dirigí hacia la oficina principal, allí había una señora no muy entrada en años que me saludo amablemente y me ofreció su ayuda.

-La verdad es que no sé dónde quedan ninguna de mis clases… ¿me podía usted ayudar?-le dije en tono casual a aquella señora.

-Claro, cariño tú debes ser Edward Masen ¿no? ¿El hijo del jefe Masen?-me pregunto ella. En si no sabía porque me lo preguntaba… si ya lo sabía.

-Si-dije apenado-soy el hijo del jefe Masen.

-Toma aquí está tu horario de clases y un mapa de la escuela ¿Algo mas dulzura? Es tan bien parecido… esa carita…es muy joven…es muy joven…-me dijo ella con su tono meloso sonrojándose repentinamente.

-No….eso es todo- respondí rápidamente, como es que los trabajadores de esta escuela se atreven a decirle eso a los estudiantes.

Mi primera clase era en el edifico numero 4 así que no me haría mucho problema en buscarlo estaba a diez pasos de mi con un enorme 4 pintado en el lado izquierdo de la pared. Me acerque y fui a lo que según me dijo la extraña señora de la recepción, sería mi casillero de hoy en adelante; genial, 13…un numero de muy buena suerte…me dije para mí mismo. ¿Que se suponía que iba a pasar ahora?...unos flashes en mi rostro…reí para mis adentros ante aquel pensamiento, cuando de pronto tres flashes dieron directamente contra mi rostro.

-¡Qué demonios!-grité fuertemente tapándome ambos ojos que ahora estaban cegados por la luz de aquellos flashes.

-Es para el periódico escolar-me dijo una vocecilla delante de mi-No te preocupes saliste fenomenal. Es realmente apuesto.

-¡Ángela! Ya te dije que yo cubriría esta noticia-decía otra voz más gruesa acercándose a mí y la chica de la vocecilla. Vaya…la nueva sensación y la portada de la semana, esta nota no me la ganas Webber.

-¡Me pueden explicar qué demonios está pasando! Y de que sensación hablan-les grite molesto

-Hola, mucho gusto mi nombre es Eric, tú debes ser Edward Masen ¿no? Creo que estoy pensando en voz alta de nuevo mi madre siempre dice que soy un bicho raro…-me dijo el chico que ahora podía distinguir parado delante de la chica que tenía esa vocecilla.

-Si…soy yo-dije aun frotándome los ojos, suerte que ya podía ver mejor.

-Mi nombre es Ángela Webber, mucho gusto lo siento mucho casi te dejo ciego-dijo la apenada muchacha ayudándome a recoger el cuaderno que había tumbado.

-Mucho gusto, en otra avísame cuando me tomes otra foto-le dije a la chica y le deje ver una de mis sonrisas, al parecer la sonroje y parecía como si la respiración de ella hubiera aumentado, Eric también lo noto y le dio un codazo a Ángela.

-Bueno, amigos me pueden decir donde es la clase de el señor…ummm…Morgan? Si creo que es eso.-les dije mirando unos de mis horarios de clase.

Nos dijo amigos es genial esto se diré a Stanley… Wow ¿Qué era eso? Se escucho muy bajito pero yo lo escuche, ¿lo habría dicho Ángela? Bueno esa era la voz de Angela.

-Perdón dijiste algo- le dije a Ángela

-No, si quieres yo te llevo a la clase del Señor Morgan.-me dijo muy amablemente.

-Ángela…-le dijo Eric.

-Calla…llevare a Edward a su clase de Literatura- le dijo ella pasando por el lado de Eric, empujándole levemente.

Ángela me dejo en mi salón y se marcho, al parecer me dijo que tenía Educación Física.

La clase estuvo buena…ya me había leído todos los libros de los que el profesor hablaba: Shakespeare, Rotterdam, De la Vega, Bronte, Austen.

Pase a la próxima clase era de Francés…aburrido, mi abuela era descendiente de franceses y entonces ella me había enseñado cuando yo tenía cinco años, en si sabía hablar francés a la perfección.

La próxima clase…Química Orgánica…aburrida, ya la había llevado en mi anterior instituto y no era por alardear, pero había salido con las mejores notas de mi grupo.

Lo cierto es que todos me miraban…y eso me incomodaba demasiado, una chica llamada Jessica se sentó junto a mí y me pregunto cómo era mi otro instituto, yo como buen caballero le seguí la charla. Hasta que el profesor nos reprendió y me hizo a una pregunta que respondí con bastante facilidad, el se quedo mirándome atónito y siguió dando la clase.

Jessica y los otros chicos de la clase miraban aun más que antes. Hasta que al fin el timbre de receso sonó. A la salida de la clase me esperaban afuera Eric y Ángela, me dijeron si quería almorzar con ellos, bueno no conocía a nadie en esta escuela sí que lo mejor era empezar a hacer amigos.

Nos sentamos en una mesa donde había 4 chicos más. Al parecer Eric y Ángela los conocían, así que me presentaron a los demás chicos de la mesa uno respondía al nombre de Mike Newton ,era rubio y de ojos azules pero al parecer yo no le caía muy bien que digamos a él, la otra era una chica y yo ya la conocía ella era Jessica, Jessica Stanley, era muy linda tenía una bonita sonrisa, aunque algo falsa a mi parecer, y tenía un largo cabello ondeado color café claro, ella no dejaba de mirarme, quizás eso era lo que molestaba a Mike. El otro chico era moreno de cabello corto y se llamaba Tyler Crowly según me dijo él. La última chica era Amber Swayers, era hermosa pero daba miedo parecía que se me iba a lanzar encima.

Estábamos entablando una amena conversación cuando los vi por primera vez, estaban sentados al rincón de la cafetería, eran cinco, todos eran bien parecidos. En especial las chicas.

Tenían una bandeja repleta de comida delante de ellos pero no comían nada. Eran tan blancos que parecían ser espectros, pero eran los espectros más hermosos y perfectos que había visto jamás.

Uno era alto y corpulento, era muy musculoso…intimidante, el otro chico era alto y delgado pero no menos musculoso que el otro…Bueno las chicas eran más que preciosas, en ellas sí que me fije muy bien, una era bajita pero muy hermosa con el cabellos corto y tenía aspecto de duendecillo con facciones finas, era muy delgada; la otra era una diosa total…era rubia y escultural, parecida a las modelos que salen en las revistas que solían comprar Steve y Nicholas. Su cabello rubio le caía como cascada en su espalda y sus piernas...Dios eran las mejores piernas que había visto en toda mi vida; por ultimo allí había otra chica, no tan hermosa como las otras más bien… era pasable. No deslumbraba como el resto de sus hermanas, pero sin creerlo esa me atrajo más que las otras. Era delgada pero tenía curvas, pocas pero en ellas se lucían muy bien. Su cabello era de un tono castaño oscuro, de repente ella me miro…su mirada era profunda, linda y cálida me miro a mi y a mis demás acompañantes como si nos estuviera estudiando o algo parecido luego volteo la mirada, yo hice lo mismo pero la tentación de volver a mirarlos a todos ellos me gano así que lo hice y me encontré entonces con su mirada ella sonrió levemente y yo, lo único que atine a hacer fue bajar la mía y mirar al suelo, seguro que me había sonrojado. ¿Pero quiénes eran aquellas personas?Así que no me quede con la duda de saber quiénes eran ellos, así que los volví a mirar y toque el hombre de Ángela.

-¿Quiénes son ellos?-pregunte a Ángela

-Ah… ¿Los Cullen?-dijo mirándome a mí y luego hacia donde se dirigía mi mirada-Esos los de cabellos oscuros son Isabella, Emmett y Alice Cullen, los rubios son Jasper y Rosalie Hale.

-Wow, son bien parecidos-afirme. En realidad el término "bien parecidos" no era suficiente…los chicos eran bueno… chicos, así que no los mire mas, pero las chicas estaban Woow…Alice a pesar de ser pequeña era demasiado hermosa y su rostro era tan delicado pero a la vez se veía muy fuerte…Rosalie, ella era la encarnación de la belleza absoluta, Isabella era linda, tal vez menos pálida y hermosa que sus hermanas pero ella me llamaba mucho más la atención…aunque claro ella sí que me intimidaba más que sus hermanas. Sus ojos en especial

-Ya te digo, lo que tiene de bien parecidos lo tienen de raros…ellos…no socializan con los demás personas Mas bien con nadie en el pueblo-dijo y aparto la mirada de ellos.

-¿Si?-respondí. ¿Como es que esas personas tan perfectas no encajaran aqui? Seguramente seria por su propia voluntad.

-Sí…esto... ademas ellos andan juntos, me refiero a Emmett y a Rosalie…ah, también Jasper y Alice andan juntos.-ella los miro de reojo y me dijo-Oye…Isabella Cullen no te quita el ojo de encima, raro en ella…ella es muy presumida y casi ni habla ni mira a nadie. Vaya…esto tiene que salir en el periódico escolar. Lo mira como si fuera de su propiedad…el titulo del periódico "Isabella Cullen y su nueva adquisición: Edward Masen"…ese reportaje le ganaría al de Eric.

-Que… ¿qué? Yo no soy adquisición de nadie-dije con miedo y la vez con enfado. De nuevo había vuelto a escuchar las voces.

-Hey…tierra llamando a Edward-decía Ángela y me agarro fuerte el brazo.

-Lo siento….esto…no te escuche… ¿Qué decías Ángela?..-repuse todavía en shock. Acaso eso era normal…digo yo en Phoenix escuchaba voces pero siempre pensé era producto de mi imaginación pero acá esas voces se asían mas latentes.

-Isabella Cullen…te sigue mirando-me dijo ella y luego sin querer voltee mi rostro en dirección de la mesa de los Cullen y si era cierto, Isabella me miraba. Otra vez.



Y aquí tenemos el primer capitulo de Solsticio espero les guste Ok dejen sus comentarios Gracias.

1 comentario:

  1. QUE LINDO ESTA!! ESTE EDWARD ES UN AMOR!!! SUPER, SIGUE ASI YA TE GANASTE UNA FAN!
    aTTE: rOSAPastel!

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